viernes, 14 de septiembre de 2012

En ocasiones soy tan contraria a mi, que le enseño a mi Tristeza a estar feliz; a mi Soledad a vivir acompañada; a mi Seriedad a dibujar una sonrisa; a mi Silencio a hablar a gritos; a mi Olvido a recordar; a mis Lagrimas a ser imaginarias; a mi Presencia a estar ausente; a mi Llegada a ser una despedida; a mi Verdad a ser una mentira; a mis Avances a retroceder; a mis Sueños a ser pesadillas; a m
is Ojos a no mirar; a mi corazón a ser sólo lo que me da vida; a mis Puestas de pie a caer al suelo; a mis Alas a caminar; a mi Lucha a darse por vencida; a mi Dormir a estar despierto; a mis Secretos a ser frases divulgadas; a mi Lejanía a estar cerca; a mis Sentimientos a no sentir... y es entonces, cuando soy toda una farsa, es que me doy cuenta de que necesito perderme para poder encontrarme muy a solas, muy triste, muy sin amor y con lagrimas en mis ojitos, pero autentica, esa (YO) que es la real y no un estereotipo moldeado por la sociedad.






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